Fue la aventurera más famosa de su tiempo, la mente inspiradora de Lawrence de Arabia, consejera de reyes y jeques, y arma secreta del gobierno británico en la Primera Guerra Mundial durante la campaña contra los turcos. Brillante intelectual, alpinista, exploradora, lingüista, política y destacada figura literaria, Gertrude Bell es la heroína olvidada más importante del siglo XX.
Rigurosamente documentada, la novela de Alan Gold abre con fidelidad las páginas de la historia por una mujer incomparable, que rompió todos los moldes que decretaban cómo debían comportarse las victorianas en el plano social, intelectual y físico. Mientras orientaba los acontecimientos del momento en todo Oriente Medio a través de la diplomacia pública y autorizada, y también, de la aventura, su influencia sobre los hombres situados en la vanguardia de la historia, y su destreza sin par a la hora de trazar el rumbo y la influencia de los aliados ingleses, franceses y árabes en la región, produjeron lo que tal vez fuera su mayor logro: crear ella sola el Irak de hoy día. Contando la historia como un relato biográfico, en La reina del desierto Alan Gold pone de manifiesto que esta mujer extraordinaria y de férrea determinación fue, más que ninguna otra figura individual, quien diseñó el mundo árabe como lo conocemos en la actualidad.