Gerda y Kay son muy amigos, se quieren como hermanos. Son vecinos y lo pasan muy bien jugando juntos. Un día de invierno, mientras los copos de nieve forman figuras al caer sobre el cristal de la ventana, la abuela de Kay les habla de la reina de las nieves, hermosa y blanca. Esa misma noche, mientras Kay observaba cómo cae la nieve, un copo grande se posa en la ventana y se convierte en la reina de las nieves. Desde entonces Kay no vuelve a ser el mismo, hasta que un día desaparece en un trineo conducido por la misma reina de las nieves. Gerda comienza a buscarlo, incansable, pero no será tan fácil hallarlo.