Navidades de 2012, Madrid. Un joyero, centrado últimamente en la compraventa del modesto oro familiar de los asfixiados por la crisis, aparece degollado entre unos contenedores de reciclaje con un acusador mensaje encima. No es el primero. Semanas antes, otros "comprooro" fueron asesinados de modo similar en una capital vapuleada por los recortes y el miedo al porvenir inmediato, cuyo clima es el de una explosiva ciclogénesis social por debajo de las luces, enseñas y adornos festivos. ¿Nos hallamos acaso ante un asesino en serie, frente a algún demente "lobo solitario", empecinado en una obsesiva "misión" de ajuste de cuentas contra quienes a diario sacan provecho de la creciente penuria ajena? ¿Qué vincula entre sí a muertos tan dispares, más allá del ejercicio de su profesión? Se encarga de la investigación el inspector Alarde, un joven y perspicaz policía empeñado en darle la espalda a sus propios fantasmas y traumas del ayer. Abierto e intuitivo, sensible y observador, no desdeñará tirar de ningún hilo de esta telaraña en pos del cabo oculto originario, del canto auténtico de la moneda. De su curso de voluntades codiciosas y desatinos cruentos emergerán las dos caras de la verdad. Porque en el corazón de esta historia, ambientada al sur del eurocontinente regido por fúnebre "regla de oro" constitucional, los latidos se desbocan, la fiebre y la muerte suben como cotizaciones del metal más preciado y las campanas doblan por doquier. Con la contundencia narrativa que caracteriza a Juana Salabert, la escritora nos brinda, a través de esta misteriosa serie de crímenes y de una galería de personajes versátiles y psicológicamente complejos, una audaz semblanza de la España del momento. "La regla del oro" es una trepidante y estremecedora novela policíaca.