Las relaciones que funcionan son aquellas que mantienen en la balanza emocional un saldo positivo entre ingresos (muestras de reconocimiento, agradecimientos, manifestaciones de cariño...) y reintegros (críticas, confl ictos, enfados, incumplimiento de compromisos...).
La química de las relaciones explora qué comportamientos en nuestras relaciones personales ayudan a cargar el platillo de lo bueno y qué comportamientos se acumulan en el platillo de lo malo.
También analiza cómo estas actitudes no siempre son recibidas de la misma manera por parte de distintas personas con diferentes sensibilidades y personalidades.
El objetivo es ayudar a la gente a que, a través de su comunicación, pueda entablar mejores relaciones con los demás y evitar así que las «cuentas corrientes emocionales» estén en números rojos con nuestra familia, nuestros amigos y nuestro entorno laboral.