El decorado era como el de una postal y el héroe pertenecía a la más rancia aristocracia italiana. Pero el miedo de Sabrina era despertar y descubrir que todo había sido un sueño. El duque y famoso neurocirujano Marco Calvetti había estado a punto de atropellarla en la carretera y ahora Sabrina era la invitada en su villa de la costa de Amalfi. Las románticas palabras de Marco y sus expertas manos le daban un nuevo significado a la expresión "trato al paciente", pero sus seductores ojos escondían heridas secretas?