La aparición de la Princesa Tarakanova sacude los cimientos del trono de la emperatriz rusa Catalina II la Grande. La odisea vivida por la princesa pretendiente al trono encierra un misterio que es prácticamente desconocido en nuestros días.
En 1772 aparece en París una hermosa y misteriosa joven que se presenta entonces en sociedad con el título de Princesa Vlodomir, posteriormente conocida como Princesa Tarakanova. De ella nada se sabe apenas, sólo que afirma haber sido raptada en Alemania y luego enviada a Persia. Siempre según esta mujer, en Ispahan un príncipe le revela su identidad noble y la convence para que regrese a Europa a fin de conquistar el trono que le pertenece. Rodeada de personajes sospechosos e intrigantes lleva una vida extremadamente lujosa en París, Londres y Berlín, lugares donde se encargará de propagar el rumor de que es hija de la difunta emperatriz Isabel I de Rusia muerta diez años atrás y de su favorito cosaco con el que se casó en secreto.
Grigori Petrovich Danilevsky (1829-1890) perteneció a la típica burocracia rusa del siglo XIX. Se especializó en escudriñar los rincones más oscuros de la historia rusa, siempre en busca de episodios singulares, extraños y tenebrosos, relegados al olvido.
Autor sobrio, modesto a pesar de su notabilísima erudición, claro y preciso en la exposición de los hechos, Danilevsky figura entre los mejores clásicos de la literatura rusa, y todas sus obras son especialmente notables por su inspiración en fuentes históricas.
G. P. Danilevsky merece figurar entre los mejores clásicos de la literatura rusa. «La princesa Tarakanova» es indudablemente la obra que mayor interés despertó por su profundo dramatismo y por el gran misterio que encierra.