Hoy vivimos en una sociedad de riesgos, nada nuevo en la historia de la humanidad, pero nuestras sociedades complejas de hoy los multiplican. Contamos con tecnologías sofisticadas aplicadas a la seguridad y, sin embargo, la sociedad se siente más insegura que nunca. Y de ahí, surge el peligro de considerar la seguridad como ideología, como mito y en la lucha por alcanzarla se puede caer en la pérdida de libertades, pasando previamente por la desafección al sistema y al abandono de valores poniendo en peligro la garantía de los derechos humanos.