La antología se articula en dos grandes bloques. El primero abarca desde la Edad Media hasta el siglo XIX y en él destacan los laberintos del monje riojano Vigilán (s. X) y la poesía encomiástica de los Siglos de Oro. El segundo se circunscribe al siglo XX y, en él sobresalen la vanguardia catalana, por su carácter precursor, y las promociones vanguardistas surgidas a partir de los años sesenta, por la pluralidad de caminos escogidos.
Aun siendo una constante de la cultura occidental el deseo de pintar con la palabra, en el siglo XX los movimientos de vanguardia subrayarán el contenido plástico de la escritura y ampliarán los márgenes de lo poético en su empeño por conseguir un arte total.