Los que conocemos a Camilo Castaldi (Tea time) y hemos celebrado sus proezas verbales, sus rimas prodigiosas y sus atrevidos raps nos hemos maravillado ante el temerario equilibrio con que se desplaza como un funanbulista por la cuerda floja o como un hábil prestigitador de las palabras y las imágenes.
Pero ahora, con total espontaneidad y soltura de lengua, Camilo Castaldi ha cambiado la pértiga por la pluma y se ha lanzado a la aventura de escribir poesía con los materiales que le proporciona su azarosa vida de músico, rapero y artista trashumante. Y si bien es cierto que la lírica ofrece una gran libertad expresiva, no es menos cierto que demanda también un oficio más riguroso y reflexivo que impone cierta distancia. No obstante, lejos de amedrentarlo, ello parece haber activado en él un mecanismo de autoconciencia y deleite estético que sale ahora a la luz en estos textos de La pantera que hoy se atreve a dar a conocer.
Manuel Silva Acevedo, poeta