Argumento de La Palabra y la Rosa
La rosa, como símbolo de una plenitud inmediatamente amenazada por el tiempo, y la palabra, como conciencia y posibilidad de salvación momentánea de esa plenitud, son los términos esenciales que compendian el mundo poético de Francisco Brines. Se habrá comprendido enseguida que estamos ante un poeta elegíaco, un poeta en cuya voz el entusiasmo por la vida aparece siempre matizado por la certidumbre de su adiós, según expresa el mismo título dispuesto por el autor para la reunión de su obra: Ensayo de una despedida. En sus páginas, una de las cimas de toda la lírica española del último siglo, encontramos el testimonio de una biografía poetizada, la indagación de una verdad personal que deja paso sin embargo a una lectura simbólica y de interpretación más honda de la realidad. El extranjero, el solitario, el hombre que contempla unas ruinas o mira pasar la vida detrás de los cristales de su cuarto es el sujeto característico de los poemas de Brines, el yo de una conciencia trágica cuya mirada desvela siempre un conocimiento profundo sobre el mundo que invita a contemplarlo con una mezcla de intensificado fervor y desengaño.