Argumento de La Obra de Federico González
Simbolismo . Literatura . Metafísica 850 páginas La obra de Federico González constituye un corpus doctrinal que remite al mundo de las Ideas y los Principios universales, de los que ha derivado la Ciencia Sagrada o Cosmogonía Perenne presente en todos los pueblos y civilizaciones de la tierra desde tiempo inmemorial. Tiene además dicha obra la virtud añadida de expresar esas Ideas en un lenguaje muy didáctico, y por tanto accesible a cualquier persona que, por los motivos que fuere, ha emprendido la búsqueda de su verdadera identidad, intuyendo que será en ellas y en lo que realmente significan donde podrá encontrar todo cuanto necesita para hacer efectiva la máxima socrática de Conócete a ti mismo. Es por eso precisamente que la obra de Federico González (auspiciada por Hermes, el Intérprete Divino, y articulada en torno a la Vía Simbólica), se encuentra muy lejos tanto de la vana erudición libresco como del pensamiento de quienes confunden la religión con la metafísica, o lo exotérico con lo esotérico, e incluso lo psíquico con lo espiritual, personas éstas que son idénticas en el fondo a aquellas otras que apelando a la Tradición (o lo que entienden por tal) se hacen sin embargo cómplices de la literalidad y del dogmatismo más grosero y contrario al Verbo que la fecunda y la hace permanentemente viva y actual; es decir de quienes, como dice la parábola evangélica, no han hecho fructificar sus talentos y prefieren la seguridad engañosa del confort espiritual a un trabajo serio y riguroso consigo mismos, negando así, de hecho, la efectivización y encarnación de o que se va comprendiendo en el camino del Conocimiento, esto es su auténtica operatividad, pues en el fondo, en dicho camino, de lo que se trata es de superar el plano puramente teórico y mental avivando ese fuego sutil del que habla la Alquimia y que moldea constantemente la materia prima o piedra bruta de nuestra individualidad, hasta lograr su total transmutación y simultánea reintegración en el Sí Mismo. Se trataría de que por intermedio de la obra de Federico Gonzáles, de su profundización y comprensión, nos incorporemos a la cadena áurea de los nobles Hijos de Hermes, es decir la gran Tradición Hermética, y a través de ella a la Tradición Unánime, Intemporal, reconociendo que este hecho asombroso es al mismo tiempo la aceptación de una responsabilidad relacionada con la continuidad de esa misma Tradición primordial vivenciada en nuestra conciencia, hasta el fin de los tiempos, Dar, recibir y devolver.0