El apóstol Pablo exhorta a la incipiente comunidad cristiana de Filipos a seguir el ejemplo de vida de Cristo Jesús. Sin embargo, la propuesta del Apóstol experimenta la amenaza de múltiples obstáculos, pues los valores fundamentales de la sociedad grecorromana, que busca obsesivamente el honor y la fama, contrastan con los del Evangelio.
La mayoría de las investigaciones sobre el «himno a Cristo» (Flp 2, 6-11) se han decantado por su origen palestinense y han insistido en los esfuerzos de Pablo para adaptarlo a su pensamiento. Pero a partir de la aplicación de las ciencias sociales y desde la comprensión del himno como pieza clave de Filipenses resulta más fácil percibir la estrategia seguida por el Apóstol con vistas a promover entre los cristianos una identidad contracultural alternativa y viable.