¿Existe mayor injustícia que vivir la vida muerto? Sin poder pensar, sin poder sentir, sin poder amar, como una bestia, aniquilado por el entorno el estigma de la locura. La noche también es blanca es un grito de desesperación rasgado por el sufrimiento de un hombre tremendamente maltratado y la respuesta de una mujer que lo escucha, acude a su llamada y le tiende su mano. Este es un libro gestado desde el dolor. El dolor del alma que no tiene cura. Sin embargo, su autora abre un camino de esperanza y de reflexión para comprender y respetar al enfermo mental, desde una visión de compasión, comprensión y aceptación.