Tía Agustina no es precisamente una experta en cuidar niños. Para decirlo claramente: es una borde. Pero Javier y Tina tienen que vivir con ella mientras su padre se recupera en el hospital. Los dos hermanos se aburren y se pelean, mientras esperan ansiosos noticias sobre su padre. Los días se les hacen largos y pesados. Pero. ¿y las noches?