Nunca sabes la razón secreta que hay tras lo que parecer estar sucediendo. Y si la averiguas, suele ser más siniestra de lo que podrías haber imaginado.
Para Isabel Archer, las citas son una manera más de matar el tiempo en una vida anodina pero cómoda. Siempre quiso ser actriz, pero no es una mujer perseverante. Así que ha decidido desarrollar sus dotes interpretativas en los encuentros con hombres desconocidos: adopta el papel de la mujer ideal y perfecta con cada uno de ellos, adivinando, gracias a su poderosa empatía, qué es lo que el hombre que tiene en frente espera de ella. Es un juego inocente en el que no busca hacer daño, tan solo pasar el rato. Al día siguiente, borra su perfil en las redes y adopta uno diferente. Hasta que se encuentra con Mathew.
Porque Mathew también disfruta jugando. Pero solo el juego que él diseña y planea, en el que tiene siempre las cartas ganadoras, un juego del que él siempre sale indemne.