Partió sin miramientos, a horcajadas sobre su fuerte caballo ruano, vestida con un conjunto de amazona de tosco lino, la falda de amazona por encima de los calzones de lino, un lazo carmesí sobre la blusa blanca y un sombrero negro de fieltro por tocado. Con la vista en el horizonte dejó atrás el hogar. Ni siquiera se volvió para despedirse con la mano.
Una mujer de poco más de 30 años, infeliz, casada con un hombre mayor que ella y a menudo ausente, decide coger un caballo e ir en busca de las comunidades indias que viven más allá de las montañas.
Es un acto de rebeldía, liberatorio e impulsivo que la lleva a recorrer un camino interior y espiritual hacia una nueva sensibilidad.
Lectura fascinante y conmovedora que nos adentra en un universo erótico y perturbador.
La mujer que se fugó a caballo fue escrito en 1925 cuando Lawrence acababa de volver de México, etapa de su biografía de la se ha hablado poco pero que representó un momento clave en su poética y en su concepción de la vida.