En La mujer que brotó de la tierra el umbral entre la magia y la realidad se diluye, todo es posible: viajes en el tiempo, la trasmigración de cuerpos, las visiones de otras vidas, la brujería, las pócimas, los pasadizos, los cuarzos con poderes de vaticinio.
El tiempo y el espacio se confunden constantemente en esta novela: ¿son visiones o realidades las que vive Ana?
2007: Ana Torres entra a una tienda de antigüedades de Nueva York. Mientras curiosea con un astrolabio, se abre un portal entre el tiempo y el espacio: despierta en El Cairo, Egipto, dentro del cuerpo de otra Ana: Ana Mizrachi, año 1950.
Maries Ayala, con su particular estilo de narrativa fantástica, consigue, una vez más, que muchas historias confluyan en este maravilloso universo femenino: la de Lydia, la de Lea Mizrachi y la de Yamila. La delgada línea entre sueño y realidad estará siempre presente en esta novela que relata la vida de una familia, la tragedia de una niña musulmana y la capacidad de percepción de la propia protagonista.