En La mirada de Parvati, el mundo de fábula y encantamiento se difumina con la crudeza de algunos relatos, y la belleza o bondad de Mahendra, el guarda forestal, o del viejo profesor de matemáticas, Sharma, contrasta con la hipocresía extrema del respetable señor Rebba o la avaricia de Masjid el usurero.
Una treintena de cuentos que ansía mostrar el amor incondicional, la pasión prohibida o el coraje y el valor de personajes que malviven en la soledad o la miseria y que se conforman con divisar honestidad y cierta alegría en su entorno.
Son éstas historias maravillosas que, a través del calidoscopio de nuestro más brillante pensador orientalista, proyectan una dulzura y una serenidad que sólo Ramiro Calle sabe generar a partir de su visión precisa, y rebosante de ternura, del país de Gandhi.