Decía el filósofo Fernando Savater que el primer paisaje que vemos los hombres al nacer es el rostro y rastro de otros seres como nosotros . Es desde ese instante que empieza a formarse nuestro espíritu político y toda esa maquinaria humana que determinará nuestras formas de mirar, interpretar y sentir al otro.
La medida de todas las cosas incluye seis relatos donde destacan los amores antagónicos, las pasiones irresueltas, y los individuos escépticos y disconformes con un mundo de cabeza que ha optado por valorar lo accesorio y olvidar lo esencial. Y es que en la medida en que vivamos en una realidad que es cada vez más una parodia de sí misma, los personajes solo tienen dos caminos posibles: subvertir o sucumbir.
Fortalecidos por la versatilidad de sus diálogos, los cuentos de La medida de todas las cosas entrelazan con astucia dos o más historias cotidianas de personajes obsesionados con dilemas morales que inundan sus espacios públicos y su intimidad. Este libro nos deja muy claro que solo a través de nuestras minúsculas batallas y consensos cotidianos, seremos capaces de sobrevivirle a ese monumental malentendido que es la vida en sociedad.