Michael Kohlhaas (1806), inspirado en varias crónicas del siglo XVI, narra el destino trágico de un tratante de caballos que, tras sufrir el abuso de poder de un terrateniente y movido por un noble deseo de justicia, acaba cometiendo fatalmente las peores atrocidades. Este relato marcó profundamente al autor de El castillo, Franz Kafka. La Marquesa de O (1808) cuenta la historia de una joven viuda que vive en una ciudad al norte de Italia con su padre, un militar de alto rango. En medio de las guerras napoleónicas, la ciudad es tomada por el ejército ruso, la marquesa está a punto de ser violada por unos soldados pero es rescatada por un coronel del ejército invasor. Meses después, la marquesa descubre que está embarazada, aunque no ha conocido varón, y busca desesperadamente al padre de la criatura.
Entre los relatos cabe destacar El terremoto de Chile y La mendiga de Locarno.
Heinrich von Kleist, poeta, autor dramático y novelista, nació en 1777 en el seno de una familia de la nobleza prusiana venida a menos y con una dilatada tradición militar. Aún adolescente, Kleist optó por la carrera militar, pero pronto se desilusionó de la vida castrense y pidió su licenciamiento. Se dedicó entonces al estudio de la filosofía, matemáticas, física y lenguas clásicas. Tras abandonar sus estudios viajó a Francia y a Suiza, y malvivió el resto de su vida con las escasas ganancias de su actividad literaria. Escribió varias obras de teatro, entre las que destacan El cántaro roto (1805), Anfitrión (1807), Pentesilea (1808) y El príncipe de Homburgo (1811). Entre 1806 y 1808 escribió sus relatos más conocidos, Michael Kohlhaas y La marquesa de O, llenos de tal intensidad emocional que estremecieron y asombraron a sus contemporáneos. En sus últimos años de vida defendió la identidad cultural germánica frente al afrancesamiento imperante. Poseído desde su juventud por un oscuro anhelo de muerte, Kleist decidió quitarse la vida, en compañía de una amiga, a los treinta y cuatro años, en la cumbre de su actividad creativa.