Premio Planeta 2012.
El brigada Rubén Bevilacqua y la sargento Virginia Chamorro vuelven de la mano de Lorenzo Silva. Un extraño crimen en la España actual llevará a esta peculiar pareja hasta Barcelona tras la pista de un caso con derivaciones en el terreno de lo ético y emocional; en una sociedad envilecida por el dinero sucio y la prostitución de las personas, todavía el amor puede ablandar a las fieras. Un guardia civil retirado aparece colgado de un puente, asesinado de manera humillante. A partir de ese momento, la investigación que ha de llevar a cabo su viejo amigo y discípulo, el brigada Bevilacqua, abrirá la caja de Pandora: corrupción policial, delincuentes sin escrúpulos y un hombre quijotesco que buscará en el deber y el amor imposible la redención de una vida fracturada.
Ambientada en la Cataluña actual, esta absorbente novela policíaca de Lorenzo Silva, maestro indiscutible del género, se adentra más allá de los hechos y presenta un sólido retrato del ser humano ante la duda moral, el combate interior y las decisiones equivocadas.
Bevilacqua, Vila para sus próximos, alcanzó el grado de brigada en 'La estrategia del agua'. Nacido en Uruguay hace cuarenta y muchos, licenciado en psicología, su olfato le invitó a opositar para guardia civil para ganarse la vida. Destinado a homicidios, pasó a la Unidad Central Operativa, especializada en el crimen organizado. Divorciado y padre de un adolescente, sincero y escéptico, se aleja del estereotipo histórico del cuerpo, en el está muy integrado y complementado a la perfección con la sargento Chamorro. Nunca oculta sus fracasos, sus contradicciones e hipocresías y es hipercrítico con sus superiores y el sistema del que forma parte.
Virginia Chamorro apareció en 'El lejano país de los estanques', con 24 años y recién salida de la academia. Inseparable de Vila desde entonces, a su lado alcanzó el grado de sargento. Seca y tímida, una década junto a Bevilacqua le ha curtido y aguzado su ingenio. Astrónoma aficionada, mantiene la fe en la justicia, al contrario que su compañero. Práctica y decidida, es el contrapunto sensato a las salidas de tono de un Vila cada vez más cáustico.