La luz de la dinamo es un poemario de raro amor. Está dividido en tres partes, tres etapas de un camino: el amor, la infancia, la muerte. Las tres edades de la vida aparecen descolocadas, alteradas en su orden cronológico para mejor mostrar las frágiles barreras que las separan: el amor y la muerte anidan en la infancia, la infancia y el amor laten en la muerte. A través de un tejido de tradiciones folclóricas y míticas, de experiencias, de pensamientos y de formulaciones litúrgicas, este libro lleva al lector a un espacio donde la vida se alimenta por igual de claridad y de sombras. Los poemas dedicados a los paraísos artificiales se confunden con los demás en un continuo hipnótico donde no hay sitio para juicios morales, no hay condena y aún menos redención. El eco de las canciones infantiles, con su melodía reiterativa, modula el ritmo circular de La luz de la dinamo, su ingenuidad y su crudeza. Así como el girar de la rueda de la bicicleta horada las tinieblas, estos poemas, no exentos de ironía, iluminan el mundo, nuestro mundo. Su luz, temblorosa y vulnerable, calma y perturba al mismo tiempo.