Según el premio Nobel, en efecto, un libro está logrado cuando es capaz de arrancarnos de la corriente concitada de nuestras vidas y nos arrastra hacia un mundo donde la ficción aparece más tangible y real que la realidad misma, y este movimiento de creación y de espejo nos permite orientarnos mejor y comprender algo más de nosotros mismos.
Para el escritor italiano, desde su privilegiado punto de vista de escritor de los límites, nos muestra hasta qué punto la literatura es un lugar medial, un espacio abierto donde se encuentran la capacidad creativa del escritor para inventarse mundos y, a la vez, su inagotable tensión hacia la verdad. En este diálogo breve y fulminante, dos de los más importantes intelectuales y escritores de nuestro tiempo confiesan la relación íntima y apasionada que los une a lo que les resulta más querido y que, de manera tan decisiva, ha marcado sus vidas. Para llegar a una común e implacable conclusión: la literatura tiene la tarea ineludible de hundir sus afiladas hojas en el mundo e intentar cambiarlo.