Argumento de La Línea Oscura. Poesía Seleccionada 1994-2014
Encuadernación: Rústica
¿Es posible que la lírica refleje, sin renunciar al aliento que la define, los groseros inframundos de la existencia humana? Esta pregunta se adelanta a los primeros encuentros del lector con su poética. Si la soledad es una presencia de principio a fin en este libro, la iracundia también.
La escisión del ser en el autor se resuelve en cólera e ironía, a partes iguales. Por esta palabra el autor se transmuta en otros, se sobrepasa, se autoburla, de ahí la fuerza de su peculiar manera de encarar la lírica, o mejor aún, lo que puede ser considerado también como antipoesía. Toda su lírica comienza y termina siendo eso, un soliloquio implacable, un exorcismo ante el espejo que penetra su soledad y constituye un doloroso ajuste de cuentas consigo mismo. Es, además, unos poemas de fuerte matiz narrativo, a la vez que una explícita forma de disidencia con otras maneras de expresarse los poemas cubanos de las últimas décadas, es decir, no se parece a ninguna en el panorama actual de la isla.
El poeta logra escribir desde un delirio lúcido a partir de reflejar en sus versos una experiencia vital de carácter total.1