?Franquear la puerta era entrar en otro mundo, en un lugar mágico, en una dimensión donde sólo vive la quimera, la utopía y la imaginación; donde la palabra realidad no existe; donde todo es una ilusión. Aquel era un lugar plagado de historias, de cuentos y de leyendas; de narraciones del pasado, del presente y del futuro; de aventuras épicas, de comedias, de tragedias, de ensayos, de poemas, y de obras de teatro; de sucesos reales y también de episodios que no han ocurrido nunca. Muchos de ellos deberían haber acontecido, otros no.? Adolfo Vidal regenta una antigua librería en la que habitan libros extraños, curiosos, incluso malditos. Todos los libros están en venta. Todos menos uno.