Cinco mil legionarios desembarcan en Tarragona en 1835 bajo las órdenes del general Bernelle, un ilustre oficial francés. La División Auxiliar Francesa, como se la llamaba, fue la única fuerza militar que pudo obtenerse después del gobierno galo, a pesar de las constantes peticiones de los diplomáticos españoles. Recorrieron la Península de Este a Oeste, persiguiendo a las partidas de don Carlos. En la región catalana, en los pueblos castellanos, por los caminos aragoneses y en las cumbres vascas, estos hombres soportaron la dureza de una guerra fratricida para la que no estaban preparados.