¿Qué otra cosa somos sino verbo encantado?
Todos en algún momento hemos leído, o lo que es peor, sentido la cercanía de la muerte y la sensación de miedo indescriptible en situaciones incomprensibles para los demás. Las reacciones, en el mejor de los casos, pueden ser una palmadita en la espalda, la indiferencia total o en casos extremos, los calmantes o el manicomio. Como en estos cuentos, algunos brevísimos, donde todo es posible.
¿Qué otra cosa somos sino verbo encantado?
Todos en algún momento hemos leído, o lo que es peor, sentido la cercanía de la muerte y la sensación de miedo indescriptible en situaciones incomprensibles para los demás. Las reacciones, en el mejor de los casos, pueden ser una palmadita en la espalda, la indiferencia total o en casos extremos, los calmantes o el manicomio. Como en estos cuentos, algunos brevísimos, donde todo es posible.