Cualquiera puede estar preocupado porque no llega a final de mes, porque no acaba nunca de pagar la hipoteca o porque han vuelto a subir la gasolina. Y probablemente esta misma persona debe dedicar muchos ratos a ver televisión. La autora propone conjugar estas dos cosas. Hace un llamamiento para que haya más economía en la televisión y sobre todo con más regularidad, y que se trate valiéndose de todos los recursos que aportan los medios audiovisuales para conectar mejor con este ciudadano.