María Teresa Álvarez recrea con emoción la apasionante vida de una mujer irrepetible. Pacifista hasta la médula, durante las guerras que asolaron Europa se mantuvo al lado de los más desfavorecidos y se relacionó con los intelectuales más destacados. Sencilla y bondadosa, hizo de su existencia una constante ayuda a los demás y se convirtió en un fiel apoyo de su sobrino Alfonso XIII.