Argumento de La Infancia Desdichada de Seoane
Durante toda su vida, Fidel Seoane será víctima y secuela de la llamada «educación franquista», ese engendro tóxico al que contribuían los unos y los otros, ejecutantes y comparsas, adictos y detractores, maestros y discípulos, policías y ladrones. El niño Seoane, lector prematuro, devorará al tiempo la enciclopedia Álvarez del régimen y los libros prohibidos que esconde su padre. Asistirá a clase de literatura con la señorita Andrea y a conciliábulos de célula estalinista. Sufrirá la sordidez escolar y los temores infantiles que alienta la accidentada militancia paterna. Será esa educación franquista una contradicción per se de desamor y pedagogía que condicionará los actos todos de su existencia por madurar, sin concederle ni tan siquiera la tregua del olvido. Pues en el brillante pasado académico de Seoane hay, sin embargo, asignaturas pendientes. Y en una época de Transición política, cuando la conciencia social hace borrón y cuenta nueva para entregarse al más dulce de los futurismos, una fatídica concatenación de reminiscencias parece confabularse para obligarlo a él a rememorar. La pública humillación de un desconocido, el resurgir de un rostro avejentado por la ausencia, los riesgos de una excavación psicoanalítica, la existencia de un epistolario vergonzante? son cifras de una clave a cuyo conjuro resucitará lo mal enterrado. Y echará a andar un doloroso recordatorio, para que reconozca las deudas contraídas y las salde hasta el último céntimo.0Indice no disponible