«La incógnita» y «Realidad» son dos ejemplos particularmente descollantes, por el propósito que movió a Galdós a escribir una novela epistolar («La incógnita») que se metamorfosea en una novela dialogada («Realidad») que acaba a su vez en una versión teatral. Las dos novelas representan para algunos críticos la ruptura con el naturalismo y el comienzo del psicologismo y el espiritualismo.