Argumento de La Identidad Excesiva
En lo que se conoce como identidad recae el peso de buena parte de la felicidad cotidiana, del sentido de lo entrañable o del reconocimiento de lugares simbólicos comunes. Sin embargo, la identidad también debe ser pensada como motor de desprecios y opresiones. El sujeto suele discriminar fractalmente en la medida en que ha sido o es discriminado, y esto no siempre puede ser achacado a terceros sino, en muchas ocasiones, a matrices actitudinales automáticas que nos inyecta la identidad.El texto explora, entre otras cosas, la microfísica identitaria con el fin de desvelar las marcas tatuadas por complejos y precoces procesos de inscripción que, más allá de la canjeabilidad y visibilidad de las pertenencias, nos encadenan a un mundo oculto, exigente e inmutable, un mundo en el que coinciden muchas identidades y culturas aparentemente opuestas o históricamente enfrentadas.Cuando la identidad crea conflictos, en el sí mismo o hacia el otro, es necesario y posible, como propone este libro, realizar un ejercicio de autodesvelamiento de pertenencias y marcas, es decir, de descifrar la viga en el propio ojo, para reconducir la subjetividad hacia una mayor singularidad cosmopolita que nada tiene que ver con el creciente individualismo de nuestras sociedades. La desclasificación se instala, en ese sentido, como una negatividad reflexiva, emancipante y autoinsurgente en la voluntad de los sujetos confinados y silenciados por identidades represoras, cerradas o no elegidas.0