Argumento de La Huella en los Ojos
Un cinéfilo adolescente en el franquismo es el subtítulo de La Huella en los ojos. El cinéfilo es el autor. Este libro consiste por ello en una memoria autobiográfica. Y en cierto modo documental. Al texto recuerdos, películas, vivencias- acompaña siempre el contexto: Anuncios, noticias, curiosidades, dolores, sorpresas, escándalos, pruebas de que aquellos años oscuros fueron reales. Aunque hoy parezcan una pesadilla. Los cines existían, para descanso y engaño del adolescente en cuestión, pero la verdad de fuera, de alrededor, de encima y de abajo, el país y su precariedad, sus mordazas, sus absurdas formas de vida, no eran menos verdad. Cotejando ambas realidades, la de la vida y la del sueño, transcurren más de diez años de franquismo. Todo él fue posguerra. Y lo que duraría, más allá de los márgenes de esta crónica. Una larga guerra cruenta precedió a una lamentable posguerra interminable. Pero quienes lo disfrutaron lo saben: Ahí estaban los cines. Donde comer pipas, ver películas, y coger, con suerte, la mano al chico o chica que les gustaban. En la pantalla Rita Hayworth, Cantinflas, Stewart Granger, Carmen Sevilla. En las butacas o en entresuelo, o en general- ellos, nosotros, el autor, bebiendo mentiras. Con las que se pudo sobrevivir. La memoria de unas películas, de unos espectadores, pero también de unos locales que en su mayoría ya no existen. Aquí se recogen muchos de esos fantasmas. Y desde la doble perspectiva de la capital y la provincia. Fiel a su experiencia ...0