La obra poética de José Miguel Santiago Castelo arranca en una época que sufre todavía graves carencias en el panorama literario extremeño, al que siempre, aunque con vocación universal, se sentirá próximo Santiago Castelo. En ese contexto ve la luz su primer poemario Tierra en la carne, publicado en 1976 ya en Madrid, ciudad a la que se había trasladado con su familia años antes.
Confluían entonces en Extremadura el prestigio de la poesía crítica y testimonial y el extraordinario éxito de público de la poesía comprometida con la transición, y ambos aspectos marcarán ese título inicial; sin embargo, nuestro poeta presenta ya en él algunos de los elementos que, muy poco después, definirán su propia voz y le ayudarán a construir una de las trayectorias poéticas más destacadas de nuestra región y, sin duda, una de las más singulares del contexto nacional.
En este volumen se reúne la mejor muestra, hasta la fecha, de esa amplia trayectoria, basada, fundamentalmente en una extraordinaria riqueza métrica -propia de la poesía culta-, una relectura inteligente de la lírica popular y de la poesía amorosa, y una atención constante a dos temas centrales: el canto elegíaco al pasado y la celebración en el presente de los goces de la vida.