«Shake Some Action» de los Flamin Groovies, «Transmission» de Joy Divison, «In the Still of the Nite» de Fred Parris y The Five Satins, luego retomada por The Slades; «All I Could Do Was Cry» de Etta James y, décadas después, cantada por Beyoncé; «Crying, Waiting, Hoping» de Buddy Holly, «Money (Thats What I Want)» de Barrett Strong, reinventada por los Beatles; «Money Changes Everything» de The Brains, años después reformulada por Cyndi Lauper; «This Magic Moment» escrita Doc Pomus y Mort Shuman e inmortalizada por Ben E. King y The Drifters; la experimental «Guitar Drag» de Christian Marclay, «To Know Him Is to Love Him» de Phil Spector, que Amy Winehouse hizo suya casi un lustro después, configuran la particular historia del rock de Greil Marcus que, con su estilo vibrante, próximo a la «spontaneous prose» beatnik, da una nueva lección de literatura musical y demuestra por qué la música popular tiene una importancia capital en nuestra cultura.