Luis Ínigo Fernández nos demuestra que sí con este libro delicioso y cautivador. Sumando una gran pasión a un fuerte compromiso con el rigor histórico, el autor ha logrado este desafío evitando dar grandes cantidades de fechas, nombres y hechos, para, en cambio, hacer hincapié en los contextos y las interrelaciones que nos permiten asimilar los acontecimientos de forma más lógica. Sin embargo, la mayor virtud de este pequeño gran libro es el de recordarnos la importancia de la cultura y de los valores occidentales. En efecto, en nuestros tiempos de relativismo y escepticismo, corremos el riesgo de no ser conscientes de los grandes logros conseguidos por nuestra cultura que ha permitido alcanzar altas cotas de libertad y conocimiento humanístico y científico.