Así, entre intrigas cortesanas, diálogos disparatados y digresiones mitológicas y políticas, pero sobre todo salidas de tono y comentarios delirantes del autor, que a propósito se deleita en los anacronismos, avanza no sólo la construcción de la pirámide, sino también esta divertida novela.
Con La hija de Kheops , rescatamos para nuestro catálogo esta obra de Laiseca autor de culto que cuenta con numerosos e incondicionales lectores que, en una época de novelas históricas cortadas con idéntico y previsible patrón, aporta una innegable originalidad al género, hasta convertirlo en parodia.