En La herrumbre herida, Carlos Peinado profundiza en el complejo y multiforme espesor de lo real a través de la palabra poética. El dolor ante la muerte, la relación amorosa, la contemplación silenciosa o la desbordante y carnavalesca escena de una casa asaltada por los niños: toda experiencia se descubre como una ocasión de encuentro con la trascendencia. En lo material y cotidiano se revela, mediante la palabra, el espíritu; en la hondura misteriosa, a través del rostro, late la infinita variedad dialógica de lo creado