A principios de 1899, un propietario barcelonés llamado Pedro Coll pidió autorización para plantar arroz en el Baix Empordà. La petición generó una intensa controversia. El cultivo de esta gramínea había sido prohibido en 1838, a raíz de las sospechas de que había tenido un papel determinante en la propagación del paludismo y, en consecuencia, de un episodio de mortandad considerable. A partir de entonces, se vivió una intensa polémica que implicó médicos, políticos, agrónomos y periodistas y que, con altibajos, se prolongaría durante más de diez años. Este libro recorre, a partir de documentación inédita, un episodio excepcional de nuestra historia contemporánea.