Con el rigor del historiador y la pasión del profundo conocedor del tema, Jean Meyer describe la gestación del cisma y las tensiones medievales entre el poder temporal y el religioso, las turbulencias geopolíticas que suscitó la caída de Constantinopla en el siglo XV, el papel fundamental a menudo subterráneo de ambas iglesias en acontecimientos como la Revolución rusa o la caída del comunismo y llega a las perplejidades del más inmediato presente, con los intentos, todavía frustrados, de reconciliación entre el papado y el patriarcado ortodoxo y los peligros latentes de este desencuentro permanente.