La novela denuncia la pasividad de todos, de padres, de gobiernos y de cómo miramos hacia otro lado, mientras nuestros jóvenes, alcanzan cuotas más que altas de abandono de estudios, y de valores perdidos. Estamos haciendo que nuestros hijos, que nuestros líderes del futuro no sepan apreciar las cosas, la permisividad es culpa de todos.
Pero es evidente que nuestros dirigentes políticos deben empezar el camino, se ha valorado muy poco la base real del crecimiento elemental de la sociedad, los jóvenes, sus alternativas, las conciencias, sus valores, la Educación a todos los niveles, y esta novela es una llamada de alarma para todos.
Todos queremos salir en los realitys, ser Belén Esteban o lo que ella tiene, todo lo queremos ya mismo, dinero, sexo, poder, pero ¿El precio es nuestro futuro?