Al instituir la Eucaristía, Jesús interpretó la vida en clave de fiesta. Se trata de un banquete muy especial, inventado por Aquel que más nos quiere, para quedarse con nosotros a lo largo de esta vida.
Es como si nos hubiera dicho: «Os invito a cenar para que sepáis que quiero estar siempre con vosotros».
Estas breves páginas pretenden entreabrir la puerta del misterio más excelso, que comenzó en un comedor llamado Cenáculo.
Al final de estas páginas ofrecemos en apéndice varias respuestas de Benedicto XVI a un grupo de niños que acaban de recibir la primera comunión.