Argumento de La Estirpe del Aire
Encuadernación: Rústica
Es La estirpe del aire un poemario que supone otra vuelta de tuerca en la percepción de la realidad humana, con una carga lírica de tal intensidad, con tanta fuerza visual en todos y cada uno de sus versos que los mismos devienen en la forma de un aleph a través del cual se puede contemplar la «traición de destinos» que son nuestra cruz, la jarra de todas nuestras desgracias y también el águila implacable que, al despertar a la luz artera, cada día nos arranca el hígado, el que en el principio fuera genésico núcleo del fuego purificador. Por todo ello, no resulta nada arriesgado (ni petulante) afirmar que La estirpe del aire no solo se lee sino que también se visiona, como una serie de fotogramas desplegados en el espectro de la luz vencida, como marcas y signos de un tiempo del que inútilmente pretendemos despojarnos por nuestro desdoblamiento en esencia natural, arrancada del Alma Absoluta, y, a la vez, en cosa emponzoñada por la ignorancia y el dolor rubeniano de ser vivo.
¿Y entonces? Entonces nada. Relajémonos y pensemos. Aún nos queda mucho camino por recorrer, si es que antes el espejo no se rompe en mil pedazos.0