La familia Sumner lo tiene todo: varias granjas en un fértil valle, miembros en todas las profesiones técnicas y liberales que mantienen el contacto en las reuniones familiares, y una enorme fortuna a su disposición. Por ello, cuando estalla la crisis ecológica y comienzan las hambrunas y las epidemias, los Sumner pueden atrincherarse en su valle como en una nueva Arca de Noé, haciendo acopio de medios técnicos y humanos para esperar tiempos mejores mientras la civilización se derrumba a su alrededor.
Pero ni toda su fortuna puede hacer nada contra una cruel consecuencia de la catástrofe: todos los animales, así como los hombres y las mujeres, se han vuelto estériles. Como medida desesperada, los Sumner recurren a la clonación, en principio provisionalmente, hasta que se restablezca la fertilidad.
Sin embargo, el éxito del experimento multiplica el número de los clones hasta que éstos superan a los humanos supervivientes. Entonces se pone de manifiesto una consecuencia inesperada: los clones no sólo comparten una alta inteligencia, sino también una forma callada de comunicación... y la firme determinación de no ceder el paso a sus progenitores, sino reemplazarlos como la nueva especie dominante.
Kate Wilhelm obtuvo los premios Hugo, Locus y Jupiter con La estación del crepúsculo, posiblemente la mejor novela que ha dado el género sobre el tema de la clonación.