El presente artículo se propone la tarea de abordar la enseñanza platónica sobre el Amor en vista de una elucidación de la esencia de la filosofía como tal. En efecto, Platón comprende la filosofía como un cierto tipo de Amor, es decir, en griego, como un cierto erôs o philia, lo cual queda plasmado ya en la palabra misma philo-sophia. El camino escogido para cumplir tal propósito consiste en la interpretación de un breve pero decisivo pasaje del diálogo platónico intitulado el Banquete (198a-204c), en donde la esencia del Amor se determina a partir de su condición intermedia y mediadora, en griego, metaxy. Así, pasando por el hermoso y profundo mito sobre el origen del Amor como nacido de Penia y de Poros, de la Penuria y del Recurso, el diálogo apunta finalmente hacia la situación intermedia del Amor, es decir, de la filosofía, como residiendo a medio camino entre la ignorancia y el saber, de tal manera que su función fundamental consiste en despertar en el ser humano el saber de su propia carencia e ignorancia y, con ello, el deseo de conseguir la peculiar plenitud que a nosotros los hombres nos es dado alcanzar: la plenitud del pensamiento.