Cuando el amante de Mei es coronado emperador, la lucha por el poder estalla entre ella y la emperatriz Wang. Ambas están desesperadas por conservar su nombre y su posición.
Cuando la emperatriz decide asesinar a los seguidores de Mei, la lucha entre ambas alcanza nuevas cotas: Mei se da cuenta de que debe vencer a la delirante emperatriz no solo para salvarse a sí misma, sino para proteger su país.