La familia Agnelli es, con mucha diferencia, la más poderosa de toda Italia. Más allá de su enorme fortuna económica, de sus participaciones industriales (que incluyen el 40% de Fiat), de sus intereses deportivos (son dueños del equipo de fútbol de la Juventus) e incluso mediáticas (son los propietarios del grupo RCS, que edita Il Corriere della Sera y La Stampa), los Agnelli son venerados como si de una familia real se tratase y tienen un poder, una autoridad moral y una opinión con un peso extraordinario en la sociedad italiana. La continuidad de la propia dinastía se vio severamente comprometida cuando en 2003 falleció el patriarca, Gianni Agnelli. A la desaparición de una figura tan compleja como la del avvocato se ha sumado la importante crisis que ha golpeado a Fiat y que ha supuesto una dura prueba para Kaki Elkmann, el nieto designado como delfín por el propio Gianni. Pierre de Gasquet se sumerge, desde su privilegiada posición como observador imparcial, en las complejas relaciones del avvocato con el poder político, sus enfrentamientos con Berlusconi, las tensiones en el seno del clan Agnelli y sus fracturas más íntimas, e intenta desentrañar el futuro de la dinastía tras la pérdida del rey sin corona.