Consumir tabaco ha tenido durante años multitud de significados, como libertad, modernismo, aventura, virilidad o misterio. Todavía hoy, el pitillo significa, para los que fuman, un pequeño placer en medio de la rutina, un consuelo en momentos de cansancio o ansiedad. Un cigarrillo puede ser algo que tener en las manos, que aporte aplomo en situaciones tensas. Existen diversos usos del tabaco, como el que acompaña al café o la copa, el de los que piensan y crean, el de los que buscan seducir, el último deseo del condenado a muerte, el puro de las bodas y los hombres de negocios, el que comparten los amigos o los que quieren parecer mayores. Y, por supuesto, ese mítico cigarrillo que acompaña la imagen del lejano Oeste de esa América que descubrió, al mundo entero, el tabaco.
Hoy no se puede fumar en lugares públicos en España. Fumar ya no es moderno. Es propio del subdesarrollo. El Estado, por el contrario, se sigue enriqueciendo mediante su venta.