El artesanado barcelonés a lo largo del siglo XIX, el de la industrialización, se presenta como un magnífico ejemplo para entender las tensiones y respuestas de determinados grupos sociales a los desafíos de la Era de las Manufacturas.
Los hombres y mujeres que poblaron los pequeños talleres urbanos lejos de convertirse en las víctimas pasivas de un cambio económico y social sin precedentes, supieron adaptarse e incluso integrarse en dicho proceso. Sin empbargo, no fue un camino fácil, las viejas familias menestrales tuvieron que construir e imaginar un cosmos laboral nuevo en el que, curiosamente, la tradición fue la mejor forma de afrontar la modernidad.
Juanjo Romero Marín es doctor en Historia Contemporánea por la Universidad de Barcelona.
Ha trabajado, tanto individual como colectivamente, en diferentes proyectos e investigaciones sobre trabajo y sectores laborales.