La Historia se convierte de este modo en maestra que ayuda a no perpetuar los errores del pasado y a superar los condicionantes ligados a visiones de la mujer ya trasnochadas.
En la primera parte de este libro se habla del imaginario que de la mujer se fue construyendo en la Edad Media, de los estamentos en los que se organizaba y estructuraba la vida social, del lugar que aquella ocupaba en ellos y de concreción en normas religiosas y legislaciones civiles, evidenciando en ocasiones no sólo líneas negativas, sino también cierta conciencia de género, ocultada a veces, incluso sofocada, pero presente a poco que se arañe la superficie, como ha sabido descubrir la Historia de la Literatura y la crítica feminista actual.
Una segunda parte presenta el perfil de algunas mujeres cultas y escritoras medievales como Teresa de Cartagena, Leonor López de Córdoba, Christine de Pizán o Catalina de Córdoba, entre otras, calificadas por la crítica como "voces ahogadas" o "prisioneras" del sistema patriarcal que regían en el medievo.